Midday tales
Personal editorial project for small stories written by a friend for 30 minutes over lunch breaks.
Author: Fernando Borda
Illustrations and editorial design by me.
Monotype and ball pen. 
Cuestión de tiempos
(cuento de día #5)
Barranquilla, 08 de julio de 2015 (De 11:34 del mediodía a 11:59 de la tarde)
...
La semana pasada había ido al médico. Le dolía respirar. Al principio culpó a una gripa mal administrada; luego al frío. Cuando se le escapó una lágrima de dolor mientras desayunaba, comprendió, con una certeza súbita, visceral, que el asunto no daba espera. Su hija le dedicó una mirada, de quien dice «Es hora», así que decidió salir de la duda cuanto antes.
...


Monotype - Backside

Sin salida

El recorte
(cuento de día #16)
Barranquilla, 24 de octubre de 2016
(De 4:02 PM a 4:12 PM)
En su lujoso consultorio de Lima, el doctor Arrieta recibe a sus pacientes. La mayoría quiere un recorte de estómago, operación estética por la cual ganó fama en todo el Perú.
A la mayoría, sin embargo, les dice que no puede operarlos aunque sus secretarias no lo entiendan, pues todos son gordos, gordos excesivos. Quizá tienen la presión muy alta, supone una; quizá ya no haya nada por hacer, especula la otra.
Pero al doctor Arrieta, por experiencia, le basta con hacerlos quitar sus camisas o sus blusas para ver que en medio de toda esa gordura lo que llevan es un hueco y la cirugía plástica, se dice para sí mismo, aún no sabe cortar ese tipo de vacíos.

El hedor de las cucarachas

La media siesta

Ad Nauseam
(cuento de día #13)
Barranquilla, 14 de julio de 2015
(De 1:00 PM a 1:07 PM)
...en una espiral sin fin o así se siente, por lo menos, pues lo he logrado y justo en este instante, justo en este mismo -es decir, ¡ahora!- , mientras lo releo, me doy cuenta que logré, sin proponérmelo siquiera, ese artilugio deseado de escribir una historia que se cierre en sí misma en forma continua y que no tenga final y lo cierto es que, si me toca ser sincero, mientras leo estas palabras -¡estas precisas palabras que dicen «precisas palabras»!-, no sé realmente si las leo o si las rescribo mientras las releo, porque -¡no puedo creerlo!- lo cierto es que estoy girando y vengo girando hace años en este párrafo eternizado, en este episodio del tamaño de un párrafo, pero que se repite ad nauseam cuando soy consiente -¡y ahora lo soy!- que me dirijo -¡por enésima vez!- en forma inexorable hacia el sempiterno inicio de gramática suspensiva, porque sé que sigo aquí, atrapado...

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